viernes, 6 de marzo de 2015

El azul es mi color favorito



Acabas de llegar y aún no se si eres un huracán o un arco iris. Nunca fue cuestión de tiempo si no de calidad. Y así con todo. La puta buena suerte que me ha cruzado en tu camino es algo que aún no deja de sorprenderme. Y tus ojos azules. Mi color favorito. Que las cosas despacio se hacen mejor lo sé desde hace mucho, pero que soy una impaciente y te vería cada día también. Al final se trata de hacer lo que te haga feliz, y lo que sonrío contigo llevaba mucho tiempo sin sucederme. No es que no me ría, que me rio y mucho cada día. Es que sonrío con cada músculo de mi cuerpo. Que por muchas trabas que las mentes puedan ponernos en el camino, por mucho que pensemos con lógica y decidamos lo que es objetivamente mejor, lo que importa es que nos hacemos temblar cuando nuestra piel se toca. Estoy harta de los “debería ser debería hacer” si a mí lo único que me apetece es pasar horas tumbada a tu lado. Con muchos besos. ¿y si sale bien? Preguntaste ayer. ¿Te imaginas? Muchísimos días así. Irnos de acampada juntos a ver estrellas. Hacer rutas por la montaña. Bañarnos en la playa y dar vueltas como croquetas en la arena. Ver amanecer. Hacernos muchas fotos, aunque no te gusten. Viajar juntos sin planearlo demasiado. Mirarte, mirarte mucho más y fuerte. Quedarnos con una manta y comer chocolate. Hacerte cosquillas. Y que me muerdas y me acaricies. Y más besos por favor. Quizás es culpa mía por haber visto tanto bueno en ti que no quiero que te alejes de mí. A algunas personas les asustaría lo que nos pasa. A mí me maravilla. Lo único que me asusta es no disfrutarte el tiempo suficiente.  Son noches de horas que pasan como segundos.  Quiero tener frio y que me abraces. Y tener calor y que me desnudes.