martes, 9 de febrero de 2016

Lo que me queda

Me quedan muchas cosas por compartir contigo

Me queda por darte un sobre que tenía preparado para tu escala en Madrid. Metí dentro todos los trozos de papel con cosas escritas pensando en ti durante todo el tiempo desde que nos separamos. Hay cosas buenas, también malas, de momentos de alegría y de enfado. Pero me gustan, porque todas son pensando en ti.

Me queda poderte agradecer, no se cómo ni cuándo, con algo grande muy grande todo el apoyo de estas semanas. No tengo ni idea cómo hacerlo, solo se me ocurre que si algún día eres tú quién lo necesitas solo llames y me lo digas. No hay nada que se pueda comparar a tener a una persona a tu lado dando fuerza, aunque sea en la distancia. Dime cómo agradecerte esto, es demasiado grande.

Me queda por enseñarte Madrid, comer más churros, y tapas. Hacerte fotos en el templo de Debot. Contarte curiosidades de los edificios. Llevarte a Gran Via de noche. Y darnos besos de ciudad. Enseñarte mi museo favorito. Comer chocolatinas en El Retiro.

Me -nos- queda ese viaje que ibamos a hacer juntos. Una escapada a otra ciudad, a jugar a que seguimos estando cerca. Cuando lo pensabamos, en mi cabeza era maravilloso, y ni siquiera importaba la ciudad.

Me queda un billete de avión que yo quería. Para tu cumpleaños.
Todo ha salido mal. Me hace sentir muy mal. A veces prefiero imaginarme que no ha sucedido, aparentar que no has pasado por mi vida revolviendo todo como un huracán. Que solo fuiste un amigo. Que ya pasó. Que las fotos no me recuerdan tanto. Que un año después no sigo aquí, pensando igual.

Casi un año... siempre he creído que si en unos meses no sucede, no sucederá... así de simple. Aceptar la situación es simple. Olvidar -te-  es lo difícil. Eso es lo que me queda por hacer