martes, 15 de noviembre de 2016

Estas dos últimas semanas han sido horribles.

Otro tanatorio, más lágrimas, otra sensación de que cambia todo, de que injusta es la vida, el ahogo por no querer llorar delante de los demás, la fuerza de no sé dónde para animar...

Entrevistas para trabajos malos, otras para trabajos que me gustan pero sin cobrar, horas y horas buscando opciones, frustrada y sin saber hacia dónde tirar...

Facturas, pagos, recibos, papeles, hasta una denuncia, ventas, más papeles, lágrimas y sumas....

Gritos, palabras feas, impotencia, otra vez sentirse tan sola, querer ayudar y empeorarlo, y querer que alguien se de cuenta y te ayude a ti, tener que tomar decisiones con quién no compartes visiones, y las ganas de abrazar pero encerrarte sola ...

por suerte me queda algo buenísimo, amigos que te sacan, te arropan, te escuchan...


Tuve la necesidad de ir por allí. Estuve delante. Y no me atreví. Y lucho cada día contra las ganas de volver a buscarte

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